Comentarios de Lucas Adur sobre los poemas seleccionados en Por el Camino de Puan n° 3:
Comentarios de Lucas Adur
En la presentación del tercer número de nuestra revista, Lucas Adur se encargó de hacer una inverveción que incluyó comentarios sobre la poesía publicada en el volumen. A continuación podrán leer un extracto desgrabado especialmente para este blog y para que puedan disfrutar de los comentarios. Si quieren ver el resto de la presentación en video, puede hacerlo picando AQUÍ. |
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Quisiera empezar
citando algo que me gustó mucho que dice Alejandro Crotto cuando le preguntan
cuál es hoy el lugar de la poesía: me gustó mucho porque la respuesta podría
ser “un lugar marginal, de resistencia”, que son respuestas bastante frecuentes
en este tipo de preguntas, pero Crotto responde —muy bellamente, además—: “la poesía,
como lo saben todos los que tienen que saberlo, es secretamente el corazón
mismo del campo cultural”. Es por supuesto una afirmación incomprobable,
poética en ese sentido, pero me gusta pensar que los poemas son, por lo menos,
el corazón de esta revista.
La sección de poesía
aparece encabezada así: “Les nueves poetes/poetas: selección de poemas”, y nada
más, casi nada de paratextos. Me gustó esa estrategia, nos enfrenta
directamente a los poemas, y me preguntaba por esos nuevos, nuevas, nueves. Una
primera respuesta sería: lo nuevo está en esos autores y autoras, es decir, en
los poetas y no necesariamente en la poesía, y esto quizás me sorprendió
gratamente: no encontré, con alguna excepción, una búsqueda ostentosa de
novedad en esos poemas.
“Prácticas de
cocina” de Nicolás Antonioli, dice: “no exagero ni literatureo”. Me gustó esa
idea.
Salvo el último
poema, “Las hilanderas”, que me pareció un poema ambicioso en el mejor sentido
de la palabra, me parecieron poemas que apuestan en general a la brevedad, a lo
fragmentario, signos muy de nuestra época pero que ya tienen tradición en la
poesía argentina, con un tono que muchas veces es coloquial, que evitan lo que
Borges llamaba burlonamente “lo deliberadamente poético”.
Quizá lo
poético, lo nuevo esté más bien en la sintaxis de estos poemas, en cómo se van
engarzando las palabras, las imágenes, en cómo algunas preguntas nos sacuden. Pero
no es poesía que quiera ser con énfasis nueva y eso me parece que es muy
positivo. Me parece que es buena
poesía más que poesía nueva. Hay
humor, hay ternura, hay coloquialidad. En general, es una poesía muy legible,
que invita a leerla y a disfrutarla y me parece bien porque supongo que la
mayoría son poetas jóvenes y a veces cuando uno es joven quiere escribir versos
definitivos y muy en pose y sabiamente me parece que estos poemas evitan esto y
saben ser buenos poemas.
Es difícil hacer
crítica, en un espacio tan reducido, de voces tan distintas, así que lo que
elegí es leer algunos versos que me gustaron mucho y comentarlos. Primero, de
Cecilia Inés Pooli, uno que se llama Lo
que hace bien y termina así:
hace
unos días me compré
un
gorrito con un pompón estaba once veces
más
caro que el sánguche de la estación
entonces
rompés el silencio
preguntás
por qué lo compro recién ahora
¿no
prestaste atención?
pero
respondo porque quiero
y
es que vos sabés
que
siempre llego tarde
a
lo que me hace bien.
Después quiero leer un fragmento de un poema de
Samir Muñoz Godoy, Si llueve camino
tranquilo y mojado:
quizás
la jornada laboral más digna
era
de cazadores y recolectores,
quizás
nuestro pecado fue desear
el
orégano y la canela y el algodón,
pero
no quiero al dios despiadado de la gripe
Esto me pasó también: me preguntaba cómo fue hacer
esta revista en este contexto de pandemia, de cuarentena, y dios despiadado de la gripe tal vez es
un verso escrito hace mucho, pero me hizo pensar en eso. Algunas cosas se
resignifican y eso también es el encanto de la poesía.
En muchos poemas aparecen los trenes. Es solo una
observación de mero lector interesado.
En
la ventana de Sofía Amaranta Biondi, también un
final muy bello, dice:
mi cara
frente a
mi cara
y yo pensando que
no entiendo por qué
todos los espejos
en que me miro son así:
no estás
y te siguen reflejando.
Dibujos
de Juliana Planas:
si tuviese que dibujarnos
te haría chiquito
tan chiquito
y yo tan grande
al lado tuyo
como una mamá
Hay otro poema que tendría que leerlo completo, pero
que no quiero dejar de mencionar, que se llama En la 347 de Sofía Blasco López, quizá el poema más puaner en algún sentido de este libro.
Es sobre un aula, aparece una titular de cátedra. Me parece maravilloso o
extraño que eso se vuelva de repente objeto de la poesía.
Prácticas
de cocina de Nicolás Antonioli, como dije, uno de
los que más me gustó, me parece que, junto al último, Las hilanderas, es el que más visiblemente apuesta a un lenguaje
poético, con aliteraciones, con paranomasias, con juegos de palabras. Leo un
pedacito (no soy vegano pero el poema me gustó):
quién sabe cuánta muerte por
venir
alguien piensa a esta hora en las
terneras que
viajan en silencio por la ruta
digo en sus pensamientos de ubre
relamida
alguien piensa acaso?
en sus caras de intriga de último
pasto rumiado en la siesta
alguien en las vacas que morirán
piensa?
algún vegano que pare este
trastorno alimenticio
acaso pueda elucubrar la huida el
bovino adolescente
que acabamos de pensar juntos
motorizado sobre ruedas
en el camión que es carroza
fúnebre y capitalista
su peso en oro la carnicera que
esboza su cuchilla ahora
sobre el espinazo cuyo vértigo
brotó
Termino brevemente con dos poemas más que quiero
mencionar: Me quiere, no me quiere, de
Luciana Sofía Pino, que parte de un lugar común, casi simpáticamente, y termina
desnaturalizándolo con una violencia que me pareció impactante. Empieza:
mi papá no me quiso
no me querrá y no me quiere
soy la hija de un mandato, de
un mejor ser hija de nadie que un
aborto,
soy la hija
de la pelotudez
Me impactó cuando lo leí. Me parece que hay algo en
la forma fragmentaria o breve de la poesía muy efectivo.
Y por último quisiera leer un pedacito de Las hilanderas, de María Agustina Raimondo
Bernasconi, que es el texto más extenso y tal vez, en algún sentido, el más
ambicioso. Trata de crear un mundo, un lenguaje, una atmósfera poética no
apostando ya a la brevedad aunque sí sigue siendo fragmentario. Leo unos
versos:
los movimientos de sus manos son
un ensayo
practican el modo de volver en
reversa. el modo de destapar
el secreto de dios, esperar el
cuervo que falta y debe venir.
debe venir, lo dicen los libros.
¿se puede volver, entonces,
como las agujas vuelven punto por
punto por punto
por punto? somos todos los
movimientos que caben en un punto,
la vida entera es solamente
puntos, una línea de puntos:
1993 - 2016.
punto por punto por punto por
punto.
una red, un laberinto de hilo.
pero hay agujas que tejen y hay
agujas que marcan el tiempo.
Me parece que está bellísimamente trabajada ahí toda
esta ambigüedad entre agujas, puntos, tiempo, tejer. Uno piensa en las
hilanderas del destino pero también en un reloj.
Me parece que estos poemas son, en la lectura que
hice, uno de los corazones posibles de la revista, y que hay mucha potencia en
esta puesta, no de tratar de escribir poesía nueva sino simplemente tratar de
escribir poesía. Ojalá puedan seguir escribiendo y podamos seguir leyendo.
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